Hace quince años, el 10 de mayo de 1995, el Real Zaragoza se proclamó campeón de la Recopa de Europa en el Parque de los Príncipes de París. Ha pasado mucho tiempo, demasiado, aunque en la memoria de todo zaragocista este día guarda un apartado especial y siempre es recordado con alegría, conforme el tiempo avanza cada vez con mayor nostalgia.
No creo que sea necesario recordar todo lo que ocurrió ese día. Sinceramente en mi caso, los recuerdos son casi inexistentes, tenía 4 años y estábamos mi madre, mi hermano y yo viendo la final en casa, mi padre estaba en París, se había ido con unos amigos en tren. Siempre que se habla de la final el recuerdo que me viene es la cantidad de veces que tuve que ver ,cuando era pequeña, el gol. Con los años, mi hermano no se cansaba de verlo, tampoco la final, y lo repetía una y otra vez, llegó a aprenderse la retransmisión del comentarista, todo un espectáculo escucharlo y verlo. En esos tiempos, no entendía la importancia que eso tenía. Con los años empecé a ser consciente de que había marcado una época.
Nunca me canso de escuchar a mi padre contar el viaje, las sensaciones, estuvo sentado entre los seguidores ingleses. Pero siempre me habla de la fiesta en el tren, tanto de ida como de vuelta. También me recuerda siempre las eliminatorias, me dice que las noches europeas son inolvidables y que es algo inenarrable. Él me dice que seguro algún día podré vivir eso. Supongo que cada uno tiene su historia y eso también hace tan especial esa final, ese gol, esa celebración en la Plaza del Pilar, ese equipo que marcó una época y un brillante estilo de juego. Esa noche quedará siempre en la historia zaragocista, la épica de un equipo que conquistó una ciudad, un continente y que llegó tan alto como se merece un club de la categoría del Real Zaragoza.
martes, 11 de mayo de 2010
Cuando fuimos los mejores...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario