Agapito y su equipo directivo estaban temerosos ante la reacción que tendría la grada tras conseguir la permanencia. No se les preveía, ni mucho menos, una tarde tranquila. Todavía les pesaba lo ocurrido ante el Bilbao el día del cese de Marcelino en el que la Romareda se aunó en el grito: “Marcelino sí, directiva no”. Pero la afición zaragocista ha sido despojada de su mayor virtud, el carácter.La mayoría de la grada, ayudada por la gran primera parte del equipo, se olvidó de las jornadas atrás y estuvo más pendiente que nunca de lo que ocurría en el campo. Se protestaban las acciones arbitrales, se jaleaba y vitoreaba a los jugadores, pero ningún mensaje ni palabra contra la directiva. El “Colectivo 1932” guardó los quince primeros minutos en silencio en protesta por la lúgubre temporada. Tras esto, volvieron a resonar los cánticos de apoyo al equipo. Bien distinta fue la actitud de “Ligallo Fondo Norte” que mostraron hasta siete pancartas contra la directiva y continuamente criticaron y gritaron hacia el palco. Sus mensajes pedían la vuelta del antiguo escudo, le decían a Agapito que sus promesas no tenían valor e incluso hicieron alusión a los reciente quince años desde que se ganó la Recopa en París comparándolo con la actual situación: “De Rugir en París a maullar por España”.
El ambiente era distendido, jovial y los 3 goles locales ayudaron y se celebraban de una manera sorprendente. Entre la grada algunos aficionados afirmaban que la gente se había olvidado de lo que había pasado meses atrás. Un espectador comentó: “como si aquí nos conformásemos con no bajar”. Los menos eran los que se quejaban. El “Colectivo 1932” sacó su pancarta que versaba: “Aprender de los errores, deber de los gestores”, demasiado light en comparación con lo que
se veía en el Fondo Norte: “Políticos, rojillos, especuladores… el R.Zaragoza no es capricho de nadie”. Muy pocos seguía los gritos del “Ligallo”, quizá muchos resoplaron cuando se consiguió la salvación y solo querían poner fin a la temporada. La mala relación entre ambos grupos permanece actualmente y continuamente se increpaban los unos a los otros.





