jueves, 5 de mayo de 2011

Detrás de la tormenta siempre llega la calma

Y la resaca que ha dejado esta vez afecta a todos. 4 duelos Barcelona-Real Madrid o Real Madrid-Barcelona y, desgraciadamente, el fútbol estuvo la mayor parte del tiempo fuera del verde. La culpa no ha sido exclusivamente de un lado o del otro, todos los que quisieron tomaron parte en su particular batalla.

No me gusta Mourinho a pesar de que creo que es un ganador y motivador nato, como pocos. Aunque reitero, no me gusta. Tampoco sus declaraciones muchas veces más defensoras de él mismo que de la institución madridista. Pero no ha sido el malo de esta particular película, por lo menos, no el único. Señalado siempre por ser el más revolucionario ha hecho que algunos también queden retratados y es que, el dicho de que ni el malo es tan malo ni el bueno tan bueno en esta historia cobra absoluta veracidad.

Guardiola me gusta, su imagen normalmente acertada, su filosofía de juego y su modo de mostrarlo. Admito que en momentos he sentido admiración por él pero en estos últimos días mi imagen impoulta de él se ha ido empañando. No me gusta que se relacione el fútbol ni con ideologías y mucho menos con política, creo que cuando se representa a un club se representa una imagen, una historia. No solo a aquellos que pertenecen a un territorio. Tampoco creo que se deba renegar de algo en lo que tú has caido, por lo menos no lo critiques o si lo haces conviértelo en autocrítica.

Todo esto sin entrar en los propios jugadores que aunque entienda que es normal tener cierto pique o ganas nunca se debe dar un espectáculo tan lamentable a ojos de todo el mundo. Y cuando se da, debe quedar retratado y no perder el tiempo en echar las culpas a unos u otros. Si hubiesen tenido otros nombres, la cosa sí que hubiera trascendido.

De poco fútbol se ha hablado en informativos, tertulias o debates, lo de fuera, lo que nunca debería inmiscuirse estaba esta vez en el centro del campo. Grandes jugadores y grandes entrenadores que acabaron convirtiendo aquello a lo que dedican su vida en mero espectáculo.