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Foto: Heraldo de Aragón
La Romareda estaba entregada, ilusionada, totalmente con el equipo, un equipo que no fue el Zaragoza. Un equipo desalmado, deambulante, impreciso… Los primeros minutos fueron muy aburridos, lentos, las transiciones se complicaban y el juego se centraba en un “toma y daca” en el centro del campo. Ninguno de los dos equipos sabía plasmar su juego. La única acción de peligro llego en una cesión tras una internada en el área de Colunga. Suazo dispara tras unas palabras entre Jarosik y la barrera asturiana en las que interviene el colegiado. El balón sale despejado y se pierde la ocasión para el Zaragoza. Los dos equipos se repartían el balón como si de un partido de tenis se tratase. Los maños gozaron de una ocasión tras un centro de Gabi y el Sporting un tiro de De las Cuevas que se fue alto. El ex‒zaragocista Billic logró el gol para el equipo visitante ante los ojos del estático Jarosik a los 37 minutos. Un tanto inmerecido ya que lo visto en la primera parte era equivalente a un empate a nada. Las cosas no cambiaron y se llego al descanso.
Tras los quince minutos del descanso saltaron los jugadores al campo con el cambio de Jorge López por Babic, el primero comparte el centro del campo con Gabi, Edmilson retrasa su posición al centro de la defensa y Contini pasa al lateral izquierdo. El Zaragoza salio más enchufado y tuvo dos claras ocasiones para poner las tablas en el marcador, una volea de Colunga y un disparo cruzado de Ponzio que se perdieron por la línea de fondo. También Jorge López que salió enchufado y remató pegado al palo izquierdo de Juan Pablo, el meta sportinguista. Pronto se desinflarían los maños y Bilic tendría la sentencia que desaprovechó mandando el balón a las nubes. No ocurriría lo mismo en la siguiente jugada cuando Luis Morán casi sin ángulo manda el balón a la red ante la pasividad de Carrizo. Gay movió el banquillo para tratar de revertir la situación, Pennant y Arizmendi entraron por Edmilson y Eliseu. El dibujo cambia totalmente, línea de 3 atrás (Ponzio-Jarosik- Contini), Gabi y Jorge López en la medular y Lafita, Pennat y Colunga conectan con Suazo y Arizmendi arriba. Los centros al área se sucedían y siempre era la misma imagen: Lafita y Pennat centraban y la zaga asturiana sacaba el balón de cabeza cuyo despeje caía en los pies de los jugadores del Sporting que armaban una contra. Solo cambiaría tras un cabezazo de Arizmendi que se estrellaría en las manos de Juan Pablo. Tres minutos después, en el 92 en una jugada similar el Zaragoza acortó distancias mediante Arizmendi cuando todo estaba perdido. El final del partido llego tras una contra del Sporting que puso el 1-3 en el marcador gracias a Barral.
El Sporting supo jugar sus cartas, sobretodo en la segunda parte, todo lo contrario al Zaragoza que se vio excluido de la partida desde el minuto uno. Edmilson no está para jugar de titular todavía, estuvo lento e inseguro durante gran parte del partido. Eliseu y Lafita no se sienten cómodos jugando a pierna cambiada, algo que anula su calidad y capacidad de crear mayor peligro. De nuevo Carrizo pudo hacer más en los dos últimos goles, sobretodo en el tercero, el balón entró pegado a su palo. En una buena ocasión para alejarse de los puestos peligrosos el Zaragoza se confió y dio una muy mala imagen. Poco juego pero también poca garra y presión, y sin esto el fútbol no es posible. Mal planteamiento de Gay y peor interpretación de los jugadores. El tecnico y Nayim estaban incrédulos tras lo visto en el campo, enfadados y defraudados, como los asistentes a la Romareda que abandonaron el campo antes del final, como hacía semanas que no pasaba.